En los escondites, los secretos encuentran un espacio. Son el lugar en el mundo para la desviación y la invención, la esquina donde se deposita la mirada oblicua hacia lo normativo. Las personas necesitamos escondites donde guardar ciertas cosas en la oscuridad. Cosas que no deben ser visibles, cosas que podrían adquirir otro valor con el trabajo del tiempo, cosas ocultas bajo tierra para poder tener una imagen limpia en otro lugar más público o ante los demás.

Este libro reivindica la necesidad de que algunos espacios sean secretos y opacos. A través de ejemplos etnográficos en seis países, Alemania, España, Estonia, Finlandia, Georgia y Portugal, elabora un argumento para defender las zonas esquinadas de la sociedad, aquellas que promulgan formas diferentes de hacer y de estar en el mundo, frente a las actuales prácticas de hipervisibilidad e inspección. En una sociedad red fascinada por los simulacros de transparencia y donde la vigilancia digital registra cada uno de nuestros actos, la posibilidad de encontrar escondites se ha convertido en una forma de protección de la libertad individual, e incluso una cuestión de bienestar social.

Praise

El escondite es donde la historia comienza de nuevo. Una invitación a escapar, a abrirse paso hacia el otro lado o revelar algo desconocido. Los escondites que muestra Martínez están más o menos ocultos a la vista, pero acechan no muy lejos de la superficie y de nuestro pasado, presente y futuro. Es en este sentido, son tecnologías de nuestras conciencias, identidades y recuerdos.
Patrick Laviolette, Ethnologia Europaea

Los escondites ofrecen un terreno particularmente fértil para explorar los límites de las relaciones. En su crítica de la hipervisibilidad como fuerza normalizadora, Martínez pide que entrenemos nuestras prácticas corporales de atención. Él domina el arte de la ocultación y la autoexposición, y sabe cómo llegar a este tipo de lugares vibrantes.
Hermione Spriggs, University College London

En este libro, la opacidad es elevada a la categoría de derecho en un mundo donde “lo bueno” está asociado con la transparencia. De esta forma, los escondites ya no tienen el valor negativo que se le adjudica desde una política de la hipervisibilidad, sino que se convierten en una forma de resistencia a ésta.
Mariana Tello Weiss, Universidad Nacional de Córdoba

Martínez propone los escondites como un espacio donde ampliar nuestra capacidad de cambiar los términos de nuestra vida, al tiempo que cuestiona qué condiciones de existencia vale la pena perseguir y qué proyectos políticos hay que defender para preservarlas.
Tamta Khalvashi, Ilia State University of Tbilisi